[TRIBUNA] Por qué vamos a manifestarnos a Madrid
BIERZO AIRE LIMPIO | La necesaria protección del suelo rústico que marca la Ley, ha de servir para la conservación de sus valores naturales y culturales, de forma que no se vean desplazados los usos tradicionales y las economías locales que sostienen a los pueblos en el medio rural. La actual avalancha y presión sobre el territorio de macroproyectos de energías renovables suponen la invasión de un alto porcentaje del suelo de municipios rurales cuyo suelo es principalmente forestal, agrario, pastizales o montes comunales, y eso a propuesta de empresas privadas.
Las comunidades y los territorios tienen derecho a opinar y participar en la ordenación territorial, y así mismo se ha de tener en cuenta los sectores afectados como la agricultura, la ganadería (incluida la apicultura), el turismo rural y el sector forestal, entre otros. No resulta compatible luchar contra el cambio climático sin una apuesta firme de defensa del medio rural con su biodiversidad trasladada a un ordenamiento responsable del desarrollo territorial y del suelo, un marco regulatorio estable y predecible que garantice la seguridad jurídica además de la democracia por la participación ciudadana y de los territorios en el modelo de desarrollo sostenible que se plantea para éstos. Además, esta ordenación territorial debe orientarse a la “utilidad pública”, definida en los textos legislativos en función de las necesidades reales y del servicio público aportado, por lo que necesariamente ha de servir a combatir la desigualdad, la pobreza energética y los desequilibrios interterritoriales.
Los proyectos presentados en España y sobre todo en el noroeste español, y en León en particular, producirían un excedente notorio de energía respecto a la que se necesita actualmente, lo que quiere decir que son innecesarios y que el fin no es producir energía sino vender nuestros recursos energéticos a fondos de inversión con participación de países europeos para poner esa energía en el mercado europeo y luego la población española tendrá que pagarla a precio de mercado europeo, y todo esto con el apoyo de subvenciones europeas a través del Estado español. Estos Fondos Europeos de Recuperación van a servir así a la especulación por grandes capitales sobre el suelo más barato, pero también el más estratégico del país, pues es el que nos da de comer y el que nos aporta la salud y el bienestar de los servicios de los ecosistemas, en vez de servir a la necesaria recuperación desde el nivel más afectado que es el de las 11,8 millones de personas en peligro de exclusión en España, es decir el 25,3% de la población (Informe AROPE 2020), y en vez de destinarse a frenar la despoblación y a crear servicios públicos en el medio rural.
La utilidad pública y el interés general ha de prevalecer sobre el lucro de grandes fondos de inversión, lucro que basa su rentabilidad en un modelo de crecimiento continuo incompatible con el ahorro y eficiencia que señala la normativa europea y estatal como pilares de la lucha contra el cambio climático. La utilidad pública se vería garantizada, sin embargo, por la vía del autoabastecimiento y la gestión local de los municipios y comunidades para decidir su futuro energético en base al potencial propio de cada territorio. Y en esta línea, la normativa europea incluida en el llamado “Paquete de invierno”, impulsa el desarrollo del autoconsumo y de las comunidades energéticas locales, para lo cual requiere ser transpuesta a nuestra normativa estatal y autonómica. Sin embargo, esto no se ha llevado a término pasado ya el plazo en junio de este año, lo que evidencia que la prisa de exponer sin planificación territorial nuestro suelo más vulnerable (que no es un recurso renovable) para megacentrales de energía renovable, no es la misma prisa que han demostrado para llevar a cabo una verdadera transición energética que sea realmente ecológica y justa, acercando y dimensionando la producción al consumo pues una herramienta fundamental para esa transición ha de ser el autoconsumo y las comunidades energéticas (las cuales no han tenido más que trabas) y la otra, la planificación energética y territorial.
Por todo ello, denunciamos esta falsa transición energética (que no cambia ni de modelo energético ni de actores manteniendo el oligopolio eléctrico), que ni es justa, ni es limpia, ni ecológica y tampoco es renovable en su amplio consumo de suelo, de materias primas y de agua, nos vamos a la manifestación de la Plataforma Estatal Aliente en Madrid, el 16 de octubre.
¡Porque otro modelo energético es posible y por una verdadera transición energética justa, social y ecológicamente responsable!
RENOVABLES SI, PERO NO ASÍ.