[LOS GATOS DEL CALLEJÓN] Y se fue la luz…
UNA GATA | Sobre las doce y media de un día como cualquier otro, de este mes de abril, se fue la luz y naturalmente, lo entendimos como algo local y pasajero, algo absolutamente reversible e inocente. Una anécdota, casi divertida y para los mayores, un recuerdo nostálgico de los apagones de la España de posguerra en las que la luz venía de pequeñas centrales, “fábricas” se llamaban entonces, que fallaban más que las escopetas de feria.
Poco a poco, nos fuimos enterando de que la luz se había ido en toda España. Una dimensión muy distinta, claro está, pero cuya gravedad, en nuestra ignorancia, no terminábamos de comprender. Y, lógicamente pretendíamos, esperábamos y sabíamos que en muy poco tiempo las cosas volverían a la normalidad… La complejidad de la situación se fue abriendo paso poco a poco, sin llegar a entender nunca por qué este apagón era distinto de todo los que conocíamos.
Es posible que muchas de nosotras no lo entendamos nunca, sobre todo si la explicación va de oscilaciones y asincronicidades y millones de datos registrados en cada segundo. Las preguntas de la gente, siempre sencillas y llenas de sentido común, suelen estrellarse contra el muro de la explicación técnica, envuelta en un argot tan complicado y específico como el lenguaje marinero. Para entendidos.
Nos consolaría tener respuesta para un par de preguntas: ¿qué, pasó?, ¿por qué pasó? y siguiente:¿puede volver a ocurrir?; pero claro, si no se sabe que sucedió, mal se puede saber si es posible que se repita. Tenemos que aceptar que actualmente, no existe certeza alguna y que es muy probable que un suceso tan raro responda a una situación también muy excepcional y difícil de repetirse, porque es cierto que el sistema lleva muchos años funcionando y lo hace con mucha eficacia.
Lo que sí se sabe es que algunas instalaciones dejaron bruscamente de funcionar y eso generó en la red una inestabilidad que llevó a otras muchas a una parada, que tienen programada en su sistema como medida de autoprotección. También por eso se produjo la desconexión con Francia y nos quedamos solos y a la deriva arrastrando a Portugal, que no se había desconectado de nosotros.
¿Qué instalaciones dejaron de funcionar y por qué?. Y, ¿quiénes son los propietarios de esas instalaciones?. En la hipótesis de que nada se hizo voluntariamente, estaríamos en presencia de un escenario técnico que no estaba previsto en el diseño, seguramente por su elevada improbabilidad y no habría causantes. Si por el contrario fue una decisión de gestión de esas instalaciones, está claro que los propietarios tendrán que dar bastantes explicaciones y seguramente asumir obligaciones.
Parece que el discurso del Gobierno va en la línea de discernir lo que pasó y no descarta responsabilidades de las compañías. Las empresas callan y están colaboradoras como los niños malos que se afanan en explicar que ellos no rompieron el juguete. Y al PP, al que no le importan lo más mínimo las causas, está en una batalla concreta para que se prolongue la explotación de las centrales nucleares, en una posición que también defienden las compañías eléctricas, aunque hace unos años firmaron un acuerdo con el gobierno para realizar un cierre progresivo de las mismas.
Lo curioso es que algunos portavoces del PP andaban hablando sobre la necesidad de revisar el cierre de las nucleares antes de este apagón, y “expertas” en energía, como las presidentas de las comunidades de Madrid y Extremadura, tuvieron un encuentro de alto nivel y explicaron su acuerdo. Y tanta relevancia le han dado al tema, que el PP ha votado en contra del decreto de ayudas para compensar el daño de los aranceles impuestos por el Sr. Trump a las empresas españolas ¡porque no se incluía una cláusula para revisar el cierre de las nucleares!.
Y la verdad será la que sea y es posible que con el tiempo la sepamos; pero como gatas con experiencia, no deja de llamarnos la atención ese apoyo “pepero” a las nucleares antes de que el sistema fallara, para salir en seguida a contar que con las nucleares no hubiera pasado. Porque no creemos en las casualidades y puestos a malpensar…, : y sí alguien quiso forzar un poco la situación para darnos un apagón “pequeñito” pero demostrativo de que la nuclear es esencial en este sistema y no calcularon bien las consecuencias. (“Quien pueda hacer, que haga”, Aznar dixit…)
Nosotras nos preguntamos por qué las eléctricas y sus palmeros tienen tanto interés ahora en prolongar la vida de las centrales; es por una mayor seguridad de suministro o porque aumentarían sus ganancias. Otra preguntita que sería bueno contestar, teniendo en cuenta que los principales propietarios de la nucleares y de las renovables, son los mismos.
Bercianas, las tecnologías energéticas tienen características técnicas y económicas distintas; las nucleares son grandes productoras de energía pero son peligrosas y generan residuos complicados de gestionar; las renovables dependen del sol o del viento y cuando su aportación a la producción es muy elevada pueden darse (en algunos escenarios) ciertas inestabilidades en la red eléctrica. Estas características hacen que sean en cierto modo complementarias y que lo importante es cómo se gestionan. Y en este sentido conviene tener presente que las compañías generadoras más importantes tienen nucleares y renovables y sobre todo que, en cualquier escenario, su único objetivo es ganar más dinero, sea cual sea la tecnología. Sin matices.
Y el PP que lo vea.