El Betis remonta al Valencia y se lleva de Ponferrada su primera Copa de Campeones

Real Betis Balompié y Valencia se veían las caras este mediodía en el estadio dell Toralín como desenlace de la temporada en División de Honor Juvenil con la Copa de Campeones en juego.
El partido comenzó de la mejor manera posible para el Valencia. En los primeros compases el cuadro valencianista marcó el 0-1 con una jugada que arrancó con Otorbi por la banda derecha, quien centró y, a pesar del palmeo de Manu González, el balón acabó llegando a la cabeza de Aimar que remató a placer para certificar su segundo tanto en esta final four de Ponferrada.
Las ocasiones se fueron sucediendo por parte de ambos bandos, se jugaba una final y se notaba tanto en las llegadas como en el ritmo de juego. Posiblemente las más claras de estas ocasiones también cayeron del lado del Valencia CF. La primera de ellas, en las botas del goleador Aimar. Buscaba constantemente el Valencia la espalda de la defensa bética a través de balones largos y en una de estsa acciones el 9 se quedó en el uno contra uno ante Manu González y estrelló la pelota en la madera. Poco después fue Lucas Núñez el que, con una gran golpeo de falta directa, la mandó al larguero.
A pesar de las claras llegadas del equipo de Óscar Sánchez, los andaluces tenían una última palabra que decir antes del descanso. Instantes antes de que acabará el tiempo de descuento del primer período, Óscar Masqué se inventó un centro medido desde su banda derecha que parecía ir teledirigido al corazón del área. Allí apareció cargado de fe el capitán, Rodrigo, para rematar de cabeza la bola al fondo de las redes y poner patas arriba la gran final.
El Real Betis Balompié sabía del valor psicológico de este gol justo antes del descanso. Por ello, los verdiblancos salieron a morder en la segunda parte. Todo estaba en juego, los béticos querían citarse con la historia y, quién sino, el capitán Rodrigo volvió a aparecer para firmar su particular doblete. Centro medido desde la banda, esta vez cortesía de Morante, y un testarazo antológico que desató la locura entre todos los vestidos de verde y blanco. Golazo de Rodrigo.
La fiesta verdiblanca se estaba construyendo ladrillo a ladrillo y Moranta, tras su asistencia, quiso ser el protagonista. Todo nació de un saque de banda, utilizó de manera inteligente el cuerpo para llevarse la pelota sin tocarla, recortó en la frontal para quedarse solo ante Raúl Jiménez y definió con clase para firmar el definitivo 3-1.
Tras dos finales perdidas, a la tercera fue la vencida. El Real Betis Balompié levantó la Copa de Campeones Juvenil por primera vez en la historia con una excelente generación de futbolistas que ya son parte del legado y del futuro del club andaluz.