[ZASCAS] Paisaje después de un botellón encubierto
Dice el alcalde de Ponferrada, Marco Morala, que la ciudad ha vivido «una Nochevieja sin incidentes, normal salvo algún pequeño rifi rafe», aunque reconoce la suciedad en las calles que deja la celebración.
A la sensata apreciación del alcalde, sin embargo, se opone el malestar de los vecinos de una de las zonas del centro de la ciudad afectada por eso que ahora llaman tardeo. Tanto en Nochebuena como en Nochevieja se han encontrado sus calles repletas de basura que ha tardado en ser retirada.
Obviamente los bares tienen todo el derecho del mundo a hacer su agosto en diciembre, pero no estaría de más que se establecieran medidas para evitar abusos. No es solo el hurto de copas en los establecimientos, es sobre todo la acumulación de botellas, cristales rotos y desperdicios en las calles.
Seguramente cualquier llamamiento al civismo resulte estéril en estas fechas. Pero, como apuntan hosteleros y vecinos, el desagradable panorama que presentaban ciertas calles como la de la foto –tomada a mediodía de este miércoles, nos dicen que a primera hora de la mañana era peor– no es solo consecuencia del consumo en la calle de bebidas adquiridas en los bares sino de las compras de algunos grupos en supermercados cercanos. Y si el botellón se sanciona durante todo el año, razonan los vecinos, también debería estar penalizado cuando los fastos navideños derivan en este tipo de excesos.