[TRIBUNA] La Semana Santa de Ponferrada
MARCO MORALA | La Semana Santa ponferradina pone en medio de nuestros ajetreos y preocupaciones cotidianas un punto de inflexión para posibilitar un recogimiento que mira hacia adentro, un motivo de fiesta que mira hacia afuera, una dimensión religiosa que mira hacia arriba, una tradición que mira hacia atrás y una ilusión que mira hacia adelante. Pero en Semana Santa se mire hacia donde se mire, se percibe siempre Ponferrada. Y en Ponferrada la Semana Santa es mucho más que una fiesta, aunque también lo sea, más que una ocasión para el reencuentro con nosotros mismos y con quienes nos rodean. El Ayuntamiento ha sido tradicionalmente durante siglos consciente de esta especial circunstancia y del modo profundo y participativo con el que las personas de Ponferrada viven la Semana Santa, y yo lo comparto ahora como alcalde, de la misma forma que lo he compartido toda mi vida como ponferradino.
Las señas de identidad cristianas de la Semana Santa han marcado también los valores de la ciudad a lo largo de los siglos y desde ellas se ha construido la ciudad y ampliado luego el atractivo de la Semana Santa en otras facetas. Son cuatrocientos años de historia compartida desde los aspectos penitenciales de la Pasión hasta las nuevas esperanzas de la resurrección en la Pascua, y de ello queda huella indeleble en nuestro pasado, en la intrahistoria de la ciudad, en la pequeña historia de todos los que hemos partici- pado en algún momento en las procesiones y actos litúrgicos, de los miles que siguen haciéndolo con fervor y en la gran tradición que une a todas las personas de Ponferrada en el respeto por nuestro pasado común.
En una Ponferrada multicultural y abierta, las tradiciones han encontrado un engarce particularmente reconocible con el turismo, porque estamos orgullosos de lo que somos en la Semana Santa, de cómo hemos llegado hasta aquí a lo largo de esos siglos en esta celebración y queremos que todos vengan a compartir con nosotros sentimientos y esperanzas. A este respecto son dos las notas que no quiero olvidar en este momento. Por un lado, nuestra legítima y fundada expectativa de obtener una declaración de interés turístico internacional que haga justicia a nuestro pasado y a nuestro presente, al esfuerzo de tantos por mejorar la herencia cofrade recibida y también por ampliar la oferta lúdica en estos días. Sabemos de las dificultades para su obtención, pero trabajaremos incansablemente para lograrla. Por otro lado, el estreno en este año de la estatua dedicada al Lambrión Chupacandiles que desde hace cuatrocientos años viene recorriendo las calles de nuestra Ponferrada para anunciar el drama de la Pasión y convocar a los cofrades a preparar con intensidad y recogimiento la Semana Santa. Me parece un magnífico ejemplo de ho- menaje a los ponferradinos que nos han precedido, a quienes actualmente son parte inseparable de la Semana Santa y un estímulo para que generaciones venideras sientan el orgullo de recibir el legado de nuestra tradición y lo conserven para siempre.
Así pues, animo a todas las personas de Ponferrada y a aquellos que compartirán con nosotros tan especiales momentos a que participen de manera activa en estos días de la Pasión. Feliz Semana Santa 2024.
* Marco Morala, alcalde de Ponferrada.