«No entendemos como después de apostar en los discursos políticos sobre el apoyo al sector agroalimentario de Castilla y León, no se priorizan en las licitaciones la proximidad de la producción. Por otro lado, teniendo en cuenta el marcado discurso medioambientalista del momento, observamos como solo se queda en palabras vacías y leyes restrictivas esa defensa del medio ambiente, pero no en los hechos reales que trascienden a los ciudadanos. Adjudicar a una empresa situada en la otra punta del país el suministro para Castilla y León de la fruta y que a su vez compra el producto en otro punto todavía más distante, no parece lo más acertado medioambientalmente, ni por supuesto socialmente, existiendo producción de fruta en Castilla y León», recuerdan los agricultores bercianos.

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