El Bierzo concentra el 25% de las matanzas de cerdos para autoconsumo de la provincia

La Junta pone en marcha una dispositivo compuesto por un total de 61 veterinarios para controlar las matanzas domiciliarias durante esta campaña.
Desde finales de noviembre hasta marzo se celebran en buena parte de la provincia de León las conocidas matanzas de cerdos. Esta fiesta tiene sus orígenes en el suministro privado de carne con el objetivo de llenar la despensa para todo el año. Este objetivo con el paso del tiempo ha pasado a ser algo secundario y en la actualidad las matanzas se llevan a cabo con otros fines de carácter más festivos. Es reseñable cómo en muchas zonas rurales se ha convertido la matanza del cerdo en un reclamo turístico con la celebración de las fiestas de la matanza y jornadas gastronómicas donde se degustan los productos típicos del cerdo.
Esta tradición, que hace décadas era un acontecimiento social de primer orden, ha ido perdiendo importancia por diversos motivos poco a poco. En la actualidad, en la provincia de León se sacrifican alrededor de 3.000 cerdos para autoconsumo, de los que una cuarta parte aproximadamente se ubican en la comarca del Bierzo. En concreto, en la pasada campaña 2019/2020 se reconocieron un total de 2.791 cerdos sacrificados en domicilios particulares en toda la provincia, de los que 663 fueron en el Bierzo.
El control veterinario consiste en descartar la presencia del parásito de Triquina en la carne del cerdo. Para ello se debe tomar una muestra de músculo, preferentemente del pilar del diafragma, músculo intercostal o maseteros, y llevarla al veterinario para que la examine y compruebe que el animal no está infestado del parasito. Asimismo, es conveniente que el veterinario examine el canal del animal sacrificado y sus vísceras para verificar la ausencia de otras patologías como cisticercosis, tuberculosis o hidatidosis. Una vez se tenga la confirmación del veterinario de que los resultados de las pruebas son conformes, se podrá proceder a la elaboración de los productos cárnicos.
El Servicio Territorial de Sanidad incide en la importancia de realizar la prueba para detectar la triquina pues, si bien es una parasitosis que en cerdo doméstico la prevalencia de la enfermedad es muy baja, en animales silvestres como el jabalí el parásito está presente y todos los años se detecta algún caso en animales abatidos en la provincia de León. El consumo de carne infectada por triquina, especialmente productos no cocinados como los embutidos, puede provocar graves problemas de salud con síntomas gastrointestinales los primeros días y posteriormente, a las ocho semanas, síntomas de fiebre, dolor muscular, edema de párpados y dependiendo del grado de infestación puede causar complicaciones peligrosas, incluso mortales.