GERMÁN VALCÁRCEL | No es la primera vez que lo manifiesto: ya no creo, tras medio siglo de ingeniería social neoliberal, en las soluciones electorales de las llamadas democracias liberales, en las que la gestión de lo público está en manos de bucaneros que han cambiado el parche en el ojo y el garfio en la mano por la corbata, el iphone, y el ordenador portátil, personajes que no creen en el bien común, gentes que quieren ganar la mayor cantidad de dinero posible, en el menor tiempo posible y con el menor esfuerzo posible, a cambio les damos impunidad y respeto.