[CARTAS] Y líbranos del mal, amén
A la Virgen de la Encina dos cosas pido: que nos libre de la peste que nos asola y que ilumine las adormecidas mentes de una pasiva ciudadanía que acumula una ira y desesperación que comparte con familiares, amigos y allegados, pero que silente agacha la cabeza, mirando para otro lado, esperando que la divina providencia haga acto de presencia y altere el rumbo, o más bien coja el timón, de una sociedad a la deriva, que se dirige pusilánime hacia las rocas.