Parece que los enfermos de pasado y sus mamelucos de cartón piedra están algo nerviosos con el nuevo Gobierno municipal… y eso que no lleva ni seis meses.
En cumplimiento del Pacto entre caballeros sellado el sábado por la noche en un bar con uno de nuestros más fieles lectores, tenemos que escribir esta canción: en Paradaseca llevan 12 días (y acaso 500 noches, por darle otro toque sabinero) sin teléfono.
GERMÁN VALCÁRCEL | La berciana es una sociedad rebosante de conciencias anestesiadas, que privilegia el equilibrismo, el eufemismo, la ambigüedad y la rendición intelectual.
XAN DAS VERDADES | Llevo decenas de años con la intención de ir a conocer a Teruel capital.
“¿Compañía china de esmaltes?”, preguntaba uno por teléfono.
“A casa é miña e a porta é túa”, le espetó en cierta ocasión Pepe, el dueño del restaurante fisterrán Tira do Cordel, a un cliente que protestaba airadamente porque no tenía mesa.
Alguien debería explicarles a los políticos locales que, si bien el oficio ha perdido por completo su antiguo encanto bohemio, la mayoría de los periodistas todavía no ha elegido la opción madrugadores.
Mientras emitimos esta nota, observamos con tristeza como continua el cierre del paso de la Junquera, del cual ya se han cumplido 24 horas.
Nos debatimos entre dos titulares para resumir la situación política española tras las elecciones de este domingo que, prescindiendo si fuera posible del avance de la ultraderecha, lo deja todo como estaba.
JUAN CARLOS SUÑÉN | Casi me dio pena ayer escuchar a Albert Rivera, no porque hubiese perdido, sino porque parecía perdido asumiendo sin asumir y disponiendo (sin ponerse a su disposición) una ejecutiva nacional urgente y un congreso extraordinario.
