El otro día con gran atrevimiento venía a elucubrar que es posible que los políticos la izquierda se hayan convertido en una versión moderna de ese catequista (bueno, para los laicos profe de ética, venga), que nos explica que no debemos de ser racistas, machistas, homófobos y no se cuantas cosas más, que nos duchemos todos los días aunque sea con agua fría en pleno invierno porque no tienes para la bombona de butano y que vayamos asumiendo que nuestro destino, el de la clase obrera, no el de ellos, es ser una mierda, pero una mierda con valores eh, y que se esfuerza por salir de esa mierda, que somos unos mierdas, otra vez, ah, y que les votemos, bueno, por lo menos no nos dicen que la recompensa vendrá en la otra vida.